lunes, octubre 03, 2011

Asesinato de un alunado



Mientras los perros hambrientos venían por mi roja carne
con un rictus en tu mirada y
cuidando tu tersa piel me decías
"todo va a estar bien.."

Destrozaron mi cuerpo
devoraron mi corazón y mis ojos
mis manos y mi pecho
Fue cuando mi memoria y mi alma se hicieron desconocidas.

Desde entonces mi cabeza
intenta armar un rompecabezas de recuerdos olvidados
extraviados en la nada,
devorados por los perros.




sábado, mayo 21, 2011

Hija de la corrupción

Pretender limpiar a Keiko Fujimori de la participación plena en el gobierno de su padre resulta ocioso y digno de la más grande necedad puesto que su presencia en palacio no hizo más que avalar plenamente la conducta delincuencial del progenitor y de todo su bien montado aparato de corrupción y asesinato por lo cual fue condenado y purga “carcelería”.

Se arguye que la hija no es el padre y que nada tiene que ver uno con el otro sin embargo, se establece el paralelo entre Chávez-Humala donde si serian “gemelos” ideológicos sin más argumentos que las simpatías que en algún momento se prodigaron o, la relación filial con Antauro por lo que los considerarían “siameses” ideológicos.

Veamos, la relación padre-hija de Alberto Fujimori y Keiko no es abstracta y acontextual, de laboratorio o de una relación distante y ajena, de consanguinidad fría y desprendida, se tiene una vinculación no solo emocional si no, de hecho, que la formación política, ideológica y de valores de la hija fue tutelada y guiada especialmente por el padre. Esto es evidente en el actuar de Keiko como primera dama de la nación donde se hace patente la actitud subordinada y subalterna hacia el padre, lo que indicaría la dependencia ideológica, de ese pragmatismo populista que mostraba ante cámaras, situación en la que más allá de frases sueltas e inoperantes avala categóricamente con su presencia todo acto de su padre; es más, no se puede negar la relación personal, familiar y casi intima con aquel que la familia Fujimori llamaba “Tio Vladi”. Todo esto hace muy difícil de creer que Keiko Fujimori, si es que no fue parte, no conociera las actividades ilícitas de la estructura de corrupción montada por su padre y su siamés Vladimiro Montesinos.

Por otra parte, si bien es cierto que la formación política e ideológica de los hermanos Humala corresponde a la misma matriz ideológica promovida por el padre no existe continuidad entre esas discusiones políticas de sobremesa que cuenta el candidato y su actual posición ideológica, lo que en la actualidad es más que evidente, el alejamiento del etnocacerismo ha sido afirmado y reafirmado con cada accionar desde la desvinculación política con su hermano; cosa que no sucede con Keiko quien de su formación en palacio y el encarcelamiento del padre y de los máximos operadores del fujimorismo pasa directamente a asumir su papel como heredera y adalid del movimiento de los 90s.