miércoles, septiembre 26, 2012

Sobre etiquetas, etiquetados y etiquetantes - parte I




El Avirsón

Un día, un muy brillante y listo burro, de esos profundamente grises, de panza y de hocico de un muy cándido blanco como todos los burros, pensando en que su identidad estaba en tela de juicio ya que sus innegables y singulares capacidades creativas y discursivas merecían una nueva dimensión nunca antes vista, una que reflejara cabalmente todo ese potencial que lo definía como un ser único, de lo cual estaba muy convencido, decidió cambiar de nombre. No podía tener referente alguno puesto que, dada su inmensa habilidad y conocimiento de toda la fauna de la granja y aledaños percibía las cosas de una manera muy distinta, diferente, especialmente reflexiva y conscienzudamente filosófica.

En ese trance, en el mismo establo en que le habían crecido tan inquietas orejas, cual epifanía celestial se le ocurrió el más único de los nombres. Es entonces cuando decidió cambiar su destino y dejar de lado toda convención granjera. No más a los nombres harto conocidos, no más a las etiquetas de pequeños animalitos de granja, un hasta aquí a los rótulos encopetados y encasillantes; decidió que desde entonces sería nada más y nada menos que un gran avirsón.

Muy feliz y orgulloso de su nueva identidad, como nada que hubiera existido antes en la tierra, salió muy seguro de sí mismo a dar su diario vistazo a todos los demás animalitos que siempre se ocupaban pacientemente de sus quehaceres cotidianos. Su fama ya era conocida, era el burro que siempre estaba de acuerdo con todos pero a la vez en desacuerdo, siempre tenía un "pero" para todo pero, del mismo modo, llegaba siempre a las mismas conclusiones a las que contradecía. En resumen, nunca quedaba mal con nadie,  se creía muy listo pues estaba "en todas". Y en verdad el burrito sabía mucho sobre muchas cosas, había seleccionado lo "mejor de lo mejor" y descartado todo lo "peor de lo peor", a veces ideas tan contradictorias entre ellas pero igual le servían y muy ufano las usaba de acuerdo a sus volátiles conveniencias.

Es entonces cuando se encuentra con doña gallina y toda la tribu de pollitos de la granja, ésta,  muy atenta lo saluda: - "¡Muy buenos días, don burro!" - y a diferencia de otros días éste detiene abruptamente su paso, mueve sutilmente las orejas en dirección de pico tan atento y le dice: "mire usted, doña gallina, no soy más un simple y silvestre burro pues las etiquetas no son más que convenciones para tontos e ignorantes. Mis calidades y gracias me definen hoy como aquello que nunca verá usted sobre la tierra. Soy ni más ni menos que un gran avirsón." Dicho esto, con mucha seguridad en sí mismo y con el hocico en alto, continuó su paseo por la granja.

Acto seguido se tropezó con algunas cabras y ovejas que tranquilamente pastaban en el prado. Éstas, sin levantar el hocico, procedieron con el coral saludo matutino: "¡buenos días, don burro!". El burro detuvo su airado paso para de un solo rebuzno poner en claro las cosas ante tan borreguil rebaño: "¡Tengan buenos días, señores caprinos! les comunico que desde hoy vuestras comunes nomenclaturas no abarcaran mi tan noble existencia pues, esta nueva estirpe ha de merecer un nuevo nombre. Soy el gran avirsón para servirlas." El rebaño ni se inmutó, continuó cortando plácidamente la hierba como sin nada hubiera ocurrido.

Así fue como transcurrió el día en la granja, con el burro informando a todos sobre su nueva condición. Es entonces que llegó un nuevo huésped a la granja, el basilisco. Este, como todo todo recién llegado, curioso se acerca al gato y le pregunta sobre los inquilinos de la granja. El gato sin desperezarse contesto casi ronroneando: "bueno, puedes ver a todos en el prado, somos los que estamos: las gallinas y los patos, las vacas y ovejas, los caballos y las cabras.. ¡ah! y el burro huevón, que ahora se cree un avión."

"Si tiene plumas, pata y pico de pato, es un pato"

"Ex nihilo nihil fit" (de la nada, nada sale)

Pronto parte II: el basilisco

miércoles, septiembre 19, 2012

El Poder en el Perú: la encuesta se acuesta.


Como era de esperarse, el bombardeo mediático, y por todos los medios habidos y por haber, de la tan mentada encuesta sobre El Poder en el Perú justamente por esos mismos encumbrados autocelebrados periodistas y sus medios; y claro, realizada por los esos "objetivos" encuestadores ya bastante conocidos por encuentros en salitas non sanctas y, que no pocos ingenuos peruanos llegan a creer dados los niveles de "veracidad" con la que es promocionado.

Evidentemente, no se puede "dotar" de poder a quien en verdad lo tiene, como es el caso del presidente de la república y funcionarios del estado; sin embargo, la intención de inflar ciertas percepciones con la más borreguil y trillada estrategia de marketing, para rotular en neón el muy manoseado título de "líder de opinión", se hace notorio en los pechos inflados de minúsculos personajillos de televisión y redes.

Todo este mamotreto no hace más que recordarme ese infantil cuento de Hans Christian Andersen, "El traje nuevo del emperador", el cual es burlado muy sagazmente por dos charlatanes llamados Guido y Luigi Farabutto, quienes podrían fungir muy bien de hábiles "encuestadores",quienes le hacen creer a tan intonso soberano que podían fabricar una prenda que tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. La historia ya la conocen de sobra, la estupidez del emperador hace que camine ufano y jactancioso de tan "excelente traje".

La analogía se presta muy bien para esta muy intrépida elucubración encuesteril (ver la "ficha técnica") y a juzgar por sus resultados está resultando golosamente triunfante, especialmente para algunos ídolos de barro, que ya promocionan las gracias de tan dadivoso ensalzamiento público no sin antes, claro está, nunca dejar de lado sus tan pastoriles humildades.


Tal como dice Gustavo Gorriti en una entrevista, obviamente en otros términos, no se trata más que de unos cuantos adulones bien pagados y muy cumplidores de las tareas y objetivos determinados por sus inversionistas para crear falsas percepciones en la opinión pública favorables a algunos intereses, así es, los mismos de siempre. Intereses populacheros, dignos de El Bocón y la Chuchi, quienes tienen como único objetivo mantener, y si es posible ampliar, a esa ciudadanía zombie, que exige todo masticado y procesado para solo repetir sin entender. Dotar a esos mediocres seres de poderes de los cuales a todas luces carecen y elevarlos a la estratosfera de popstars y mediáticos faranduleros, según ellos "digno circo para la masa".

¿Quiénes son los artífices de tan elaborados y sesudos procesos estadísticos? ¡Pues claro! Los mismso de la salida del SIN, ese Alfredo Torres tan campechano y muy "técnico" que todo vimos en nuestras pantalla de TV sentado en actitud muy amical con Vladimiro Montesinos Torres. Silvio Rendón lo reseña detalladamente aquí y, como no podía ser de otra manera, su representada: la encuestadora Ipsos Apoyo. 

¿Encuestadora Ipsos Apoyo? No está muy complicado ver los vínculos con el poder y su más profunda estructura de intringulis y vericuetos con la que simbióticamente se camufla tan "brillante y objetiva" empresa, algo que obviamente no se promociona con tanta diligencia por medios y periodistas. En el blog de Ivanorech, en su post "ENCUESTADORA IPSOS APOYO: UN TENTACULO MÁS DEL ENGRANAJE OLIGARQUICO" pueden ver lo que está detrás de estos zalameros profesionales.

¿Cuántos cayeron en tan burda estrategia? No queda más que la reflexión contrita y severa de nuestras muy técnicas y profesionales consciencias. Que se sigan reventando cohetes, no sin antes chuparse muy inquietas falanges.