http://www.larepublica.pe/columnistas/contracandela/izquierda-y-democracia-18-05-2013
Llamarse "demócrata"
pero ser incapaz de aceptar otras formas de democracia, ese es el mal del que
sufren no pocos "periodistas" peruanos, dignos representantes del
"pensamiento único" en medios.
La obsesiva cantaleta sobre Cuba,
China, Venezuela y otros países que optaron por su propia forma de democracia
donde no se prioriza el salvataje, con dinero del erario público, de todos los
ciudadanos, de bancos privados corruptos que quiebran economías de naciones y
les endilgan el ostentoso epíteto de "democracias de mala calidad".
Tal es el caso de "democracias" como las de México y de esos países
en Europa en los que es la misma ciudadanía ya sabe que esa democracia tan
marketeada no es tal, reconociéndola como una suerte de mal remedo de
democracia basada en el poder económico y la corrupción.
Como ejemplo basta mencionar
"democracias" como la mexicana que tiene en la práctica un solo
partido turnándose el poder con cada una de sus dos facciones oficiales, el PRI
y el PAN. País con altísimos niveles de corrupción en todos los poderes del
estado, si es que no es ya un narco estado y sobre la cual los medios y
periodistas como la señora Rosa María Palacios no muestran su muy ceñuda indignación.
En su fiebre anti izquierdista y anti
estatista olvida muy convenientemente casos de empresas públicas exitosas como
Petrobras y Codelco, entre muchas otras. Absolutiza engañosamente el muy
manoseado cliché de que "empresa pública es siempre ineficiente",
repitiéndo incesantemente el estribillo al puro estilo del Goebbels, “Una
mentira mil veces repetida... se transforma en verdad.”, haciendo lo que todo “buen
periodista” peruano sabe hacer mejor: desinformar.
Cual conejo de sombrero de mago
saca a relucir el cansino estribillo sobre “la violación de libertades
fundamentales” en “autocracias” como Cuba y Venezuela como si en los democráticos Colombia, México,
Perú, España, Estados Unidos, Bharein, Arabia Saudí y muchos otros países más
habría un estricto respeto por las libertades fundamentales. Solo bastaría
contar los torturados, detenidos injustamente, perseguidos y silenciados en
cada uno de estos países. Miopía muy conveniente y selectiva.
Pareciera, a todas luces, ser
incapaz de diferenciar al personaje político, muchas veces anecdóticamente
antipático, de la estructura e institucionalidad de estados que optan por democracias
diferentes. Identifica como autocracia gobiernos democráticos reconocidos por
organismos internacionales sin mayor fundamento que su daltonismo ideológico.
No es de extrañar en el “periodismo peruano”.
Su parcialidad y oportunismo es
evidente al resaltar el que Susana Villarán haya recibido a la oposición
venezolana y condena a Salomón Lerner Ghitis por decir que Venezuela es
democracia. ¿No es acaso esa misma oposición venezolana la que ejecutó un golpe
de estado promovido por EEUU el 2002? ¿No es acaso Capriles, entonces alcalde
de Baruta, quien conminó al embajador cubano en Caracas para perseguir
funcionarios chavistas que estarían en el local de la embajada cubana contraviniendo
las normas diplomáticas internacionales? ¿No es acaso la misma oposición que
sitió la embajada cubana, en donde había madres y niños, cortándoles el agua,
energía eléctrica e ingreso de alimentos y diciendo que solo saldrían muertos?
¿No es la misma oposición que sabotea económicamente el mercado interno de productos
de primera necesidad? ¿No es la oposición que promovió el paro petrolero de 2
meses para sabotear al gobierno el 2002? ¿De qué “oposición democrática” habla la
abogada que funge de comunicadora?
Situaciones que muy
convenientemente "olvida" en su obsesivo discurso la señora abogada
encubierta en un halo de su autodenominado "objetividad, imparcialidad y
profesionalismo" a todas luces ausente.
¿El Perú necesita una izquierda y
una derecha democráticas? ¿Qué sabe la señora Palacios de izquierdas si
su talante macartista sale a relucir cada vez que tiene que mencionar alguna
nota referida a la izquierda peruana? Sobre derecha sabe demasiado pues su
retórica pseudo imparcial y objetiva no nos engaña. Ella es, como todos los
empleados que dan cara en pantallas de medios privados, una eficiente y muy
aplicada trabajadora del poder mediático. Poder que siempre contrata entre sus
filas a personas con el perfil adecuado.
Un camal no contrata defensores
de los animales como matarifes. Un canal privado está acostumbrado a contratar sicarios mediáticos si es que fuera necesario.